
Origen de la Iglesia Ecuménica
La Iglesia Ecuménica surge a partir de varios ministros y laicos de diversas confesiones cristianas, que entendemos nuestra vocación como la misión de promover la unidad de todos, desde el respeto y la valoración por la diversidad de cada denominación y de cada persona.
Esta sensibilidad ecuménica, a partir del año 2021 va madurando en algunos de nosotros hasta considerar que se hace necesaria una denominación que nos aglutine a todos, y que sea en sí misma ecuménica, creándose así una organización en la que quepamos gente de todas las tradiciones cristianas y toda persona de buena voluntad.
Cada uno podrá seguir perteneciendo a su iglesia de origen: no es incompatible vivir una experiencia particular y, a la vez, otra de comunión e inclusividad global.
Cuando nos preguntan, por ejemplo, si somos católicos o protestantes, nuestra respuesta es que no somos nada de eso en particular, pero, al mismo tiempo, somos todo eso, como ecuménicos que acogemos todas las sensibilidades.